La multa se impuso tras difundirse un video donde se veía a dos adultos mayores golpeando a sus perros con un palo.
Un caso de maltrato animal registrado en el sector San Isidro de El Inca, al norte de Quito, terminó con una sanción ejemplar. Una persona fue multada con USD 11.593 por golpear a sus perros con un palo, mantenerlos encadenados y en condiciones inadecuadas.
El hecho salió a la luz luego de que se difundiera un video en redes sociales donde se observaba a dos adultos mayores agrediendo a los animales.
Las sanciones aplicadas
La Agencia Metropolitana de Control (AMC) determinó las multas con base en la Ordenanza Metropolitana 095-2025, tras un proceso técnico que incluyó evidencias y reportes de la Unidad de Bienestar Animal (UBA).
Las infracciones fueron las siguientes:
La denuncia fue atendida a inicios de mayo de 2025. Tras la difusión del video, un equipo de inspección de la UBA acudió al domicilio, donde constató un caso de grave mala tenencia:
Pese a las pruebas y al video, los tutores no mostraron arrepentimiento y justificaron los golpes “como método de corrección”.
Los cinco animales fueron retirados y trasladados a los centros de la UBA para recibir atención veterinaria y evaluación comportamental.Sin embargo, dos de ellos un perro geronte y otro con heridas infectadas no lograron sobrevivir pese a los cuidados recibidos.
Una nueva oportunidad para tres perros
Los otros tres perros sobrevivientes fueron rescatados, rehabilitados y adoptados tras varios meses de atención.
Solange y Bolívar, ahora llamados Zoé y Simón, fueron adoptados juntos por una misma familia.
Bender fue adoptado por un hogar con otros perros y logró superar sus traumas mediante un proceso de rehabilitación comportamental.
“Como Unidad de Bienestar Animal nos sentimos sumamente preocupados al ver casos como estos, porque no entendemos cuál es el objetivo de tener animales si los van a mantener abandonados, sin comida ni atención veterinaria”, señaló Karina Pisco, directora de la UBA.
La UBA recordó que golpear o maltratar nunca es un método de educación, sino una forma de violencia sancionada por la ley. Los perros pueden y deben ser educados mediante refuerzo positivo, con paciencia y respeto.
