Los paneles solares ahuyentan apagones y activan negocios en zonas rurales de Quito

Llegar a San Miguel del Pedregal, que está a 20 minutos de Machachi, cabecera cantonal del cantón Mejía, en la provincia de Pichincha, se torna un poco complicado porque el camino pasa de asfaltado a empedrado y a tierra.

A los lados, la vegetación se impone y desde un mirador se ve la ciudad. El camino se estrecha mientras hay gente que prepara la tierra para sembrar y hay caballos a un costado del camino, que a ratos parece de tercer orden. Volquetas y camiones suben y bajan por la vía.

Tras diez minutos de recorrido desde el ingreso a Machachi se retoma el asfaltado e incluso hay señalización para ciclistas, pero se empieza a sentir un viento frío. Una pancarta anuncia que es un camino que lleva al parque nacional Cotopaxi.

En la zona se advierte la presencia de varias haciendas. Del asfaltado se pasa a un camino de tierra y lodo, producto de la lluvia, y se llega a San Miguel del Pedregal.

Víctor Quillupangui, de 72 años, vive en ese sector junto con su familia. Desde hace seis meses tiene un panel solar al lado de una piscina donde hay truchas.

En compañía de sus allegados impulsa un proyecto de pesca deportiva en una hostería. Aunque aún hay que hacer algunos trabajos y mejorar el acceso por la vía, en el feriado de Semana Santa hubo 150 personas que pescaron truchas, contó.

La EEQ tiene un proyecto de electrificación rural aislada mediante sistemas fotovoltaicos que brindan electricidad a personas que viven en lugares en los que, por sus circunstancias de ubicación geográfica, es muy caro extender las redes o técnicamente es difícil, informó Eduardo Betancourt, director de Energías Renovables y Eficiencia Energética.

Consta de dos paneles de 200 vatios pico que le sirven para abastecer los consumos básicos de la vivienda: iluminación, computadora, televisión, refrigerador pequeño y teléfono celular.

Funciona como un prepago con una llave electrónica y un contador de días. Para recargar, van a una agencia con eso. El valor es de $ 4.

Betancourt señaló que con los paneles dejan de depender de plantas eléctricas por la dificultad que representa traer combustible desde la ciudad, pero hay restricciones que impiden el uso de soldadoras, por ejemplo, porque solo es para cubrir necesidades básicas.

El equipo es de la EEQ y es instalado por su personal. A los usuarios se les da una capacitación, debido a que el sistema de paneles tiene baterías.

El proyecto de la Empresa Eléctrica comenzó en 2012. Están instalados 781 sistemas fotovoltaicos en el área de servicio que incluye el noroccidente de Pichincha, bordea Machachi, Cuyuja, en el límite con la provincia del Napo.

Para solicitar el servicio de energía eléctrica se hace una evaluación de si es posible mediante redes eléctricas o si están alejados para así usar paneles. En este último caso, se piden requisitos, como vivir alejados de las redes eléctricas, que haya una vivienda habitable y que las personas vivan ahí.

Luego se hace una inspección y se la instala. Pasan unos quince días. Con la claridad del día, el panel recibe los rayos solares, lo que produce energía eléctrica que se guarda en unas baterías. No importa si está nublado, pues el sistema funciona solamente con claridad. Si por alguna razón está muy nublado, hay una carga que dura dos días.

A diferencia de otras zonas, Víctor no ha tenido cortes de luz.

El sistema, al ser aislado, es solo para la vivienda y no va al sistema nacional interconectado. Betancourt agregó que hay otros sistemas que sí inyectan los excedentes a la red nacional.

Ese proyecto de la EEQ es permanente. Personal de la entidad hace mantenimiento. El sistema cuesta unos $ 2.500. Compran los elementos de manera separada y luego los integran.

“Ah, no, está lindísimo, económicamente primero: no he pagado mucho. Cuando no hace sol, baja un poco, por ejemplo, con este día; (pero) luz hay en cantidad. Faltan focos también”, dijo Quillupangui, de 72 años, quien usaba un sombrero de ala ancha, una camisa larga de color azul y pantalones oscuros, sobre el panel solar, esperanzado en impulsar su emprendimiento. (I)

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