De acuerdo con Reimberg, el 70% de la protesta indígena se concentra en la provincia de Imbabura y en el norte de Pichincha.
La Revolución Ciudadana en Imbabura rechazó las acusaciones del ministro y negó incentivar las movilizaciones sociales.
El funcionario explicó que, de las 4.000 personas que participaron en las movilizaciones a inicios de la semana, ayer se contabilizaron alrededor de 1.000.
De acuerdo con Reimberg, el 70% de la protesta indígena se concentra en la provincia de Imbabura y en el norte de Pichincha.
Respecto a las denuncias sobre presuntas violaciones de derechos humanos cometidas por la Policía y las Fuerzas Armadas contra manifestantes, el ministro afirmó que “son los dirigentes indígenas quienes buscan victimizarse”.
Añadió que las protestas no responden al precio del diésel, sino que “es un tema político”, y no descartó que la Revolución Ciudadana esté detrás de las movilizaciones en Otavalo.
“Al primero al que se le puede ocurrir traer venezolanos para generar esto, segundo, tienen un asambleísta alterno de Pamela Aguirre que participó en manifestaciones violentas, un concejal de Otavalo que hace lo mismo, además de una alcaldesa y un prefecto de Imbabura que permiten estas acciones.
¿Cómo pueden estar de acuerdo con este tipo de hechos en sus territorios y no decir nada? Por el contrario, incitan a que continúen”, manifestó Reimberg.
La respuesta de la Revolución Ciudadana
Por su parte, la delegación de la Revolución Ciudadana en Imbabura rechazó las acusaciones del ministro y negó incentivar las movilizaciones sociales con violencia.
“La inconformidad ciudadana surge de las desacertadas decisiones del Gobierno y de su incapacidad para escuchar a los mandantes.
Condenamos los hechos de violencia en Otavalo, así como los excesos tanto de los manifestantes como de la fuerza pública”, indicó la organización política en un comunicado.