Los transportistas públicos están preocupados frente al incremento de inseguridad en las vías de Los Ríos.
La extorsión arrincona al transporte público en Los Ríos. El 90 % de las cooperativas de transporte intra e interprovincial son amenazadas por grupos delictivos que les exigen pagos de entre USD 5 000 y USD 20 000 para dejarlas operar, permitirles el paso por ciertas rutas o garantizarles una supuesta seguridad.
Según la Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Público de Pasajeros (Fenacotip), son 27 asociaciones con más de 400 socios las que enfrentan esta presión criminal.
«Es compleja la situación, por un lado, tenemos la obligación y, por otro, tenemos el temor de salir a trabajar y ahí la operación se cae, los ingresos se reducen, no se puede pagar deudas. El chofer que no trabaja no gana, las boleterías lo mismo, ¿cómo pagamos los terminales?», explica Miguel Bonilla, presidente Fenacotip.
Las amenazas ya se han convertido en ataques. El pasado 9 de abril, en la vía Buena Fe – Santo Domingo, un conductor, una encargada de boletos y un ayudante fueron asesinados a tiros. En Babahoyo, hace 11 días, fue atacada la oficina de una operadora. Y tres días después, uno de sus buses fue baleado en la vía Tres Postes.
Fenacotip identifica a Quevedo, Buena Fe y Babahoyo como los cantones más afectados por esta situación.
“Si nosotros pudiéramos, venderíamos los buses y nos vamos, se acabó. Pero, ¿quién le compra un negocio que sabe que está en esas condiciones? ¿Quién quiere invertir en un negocio atacado por la inseguridad, la ilegalidad e informalidad”, acotó Bonilla.
La Fenacotip y la Agencia Nacional de Tránsito trabajan en la instalación de cámaras dentro de los buses, enlazadas al ECU911 y con botón de pánico. Y según la Gobernación, también se han desplegado policías encubiertos en la ruta Babahoyo–Guayaquil, una de las más críticas.
Sin embargo, los resultados aún son limitados. El miedo sigue al volante y ha obligado a reducir entre un 30 y 40 % las frecuencias nocturnas en Los Ríos