Prevost forma parte de la Orden de San Agustín y tiene una estrecha relación con Latinoamérica. Hace más de una década estuvo en Ecuador para colaborar en ayuda social y la comunidad agustina lo recuerda con mucho cariño.
Hablaba un perfecto el español, pese a que es originario de Estados Unidos, cuando se comunicaba con sus compañeros de la comunidad agustina. Además, tenía un fuerte «espíritu misionero», que lo compaginaba con una profunda humildad, sencillez, diálogo, acogida fraterna y cercanía.
Ese es el recuerdo que dejó el papa León XIV cuando estuvo en tierras ecuatoriana, hace 12 años, narra el padre Carlos Julio Urbina, superior provincial de la Orden de San Agustín en el país.
«Estuvo con cada comunidad de los agustinos como Chone, Ibarra, Quito, Latacunga, Guayaquil. Visitó a cada hermano. Incluso le tocó presidir lo que nosotros llamamos el Capítulo, que es la reunión donde se elige al Nuevo Superior provincial», contó en una entrevista con Ecuavisa.com.
Durante su paso por Ibarra, participó de un programa para rescatar a jóvenes de pandillas y en Chone visitó un hospital de ayuda social. Tras compartir extensas jornadas de ayuda y amor al prójimo, Robert Prevost estuvo de asueto un par de días en Galápagos con toda la comunidad agustina. Se tomaron fotografías que hasta ahora las guardan con cariño.
Para Urbina, que el nuevo Papa provenga de la comunidad agustina «es una gran alegría». «Va a transmitir en su manera de ser nuestra espiritualidad, porque es lo que ha vivido como religioso, como sacerdote, como obispo. Para nosotros es un motivo de alegría».
