La minería generó una inversión de USD 69.82 millones en el primer trimestre de 2021, principalmente de oro y plata, con un incremento del 71.69% en comparación con el mismo período de 2020, según el Observatorio de Bienes Comunes: Agua y Tierra en su boletín de 2021, en la provincia de Cotopaxi, la minería metálica representa el 13% de la producción minera, mientras que la de material de construccion y mineria no metalica representa el 87%.
La provincia de Cotopaxi se encuentra en la región interandina de la sierra centro sobre la hoya de Patate, a los pies de la cordillera accidental, tiene un territorio de aproximadamente 6110 kilómetros cuadrados; su capital es la ciudad de Latacunga. Habitan 470,210 personas, según el último censo (2022), lo que la convierte en la décima segunda provincia más poblada del país.
Los materiales pétreos no metálicos explotados presentan diversas características según su origen. Se clasifican en tres tipos principales: rocas magmáticas o ígneas, rocas sedimentarias, rocas metamórficas; estas características determinan la calidad, resistencia y aplicaciones de los materiales pétreos no metálicos explotados en Ecuador. Algunas minas de materiales no metálicos pueden tener una vida útil corta si se extraen los recursos de forma intensiva y rápida, agotando rápidamente las reservas.
La mayor parte de la producción minera no metálica de Ecuador se concentra en materiales de construcción como arena, grava, piedra caliza y yeso; En menor medida, también produce diatomita, bentonitas, sal y otros minerales industriales. Según el Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables de Ecuador, durante el 2020 este rubro representó alrededor del 0.4% del PIB nacional de Ecuador. Las provincias con mayor actividad de minería no metálica en Ecuador son Pichincha, Guayas, Azuay, Imbabura y Cotopaxi.Según datos del gobierno ecuatoriano, existen alrededor de 1,200 concesiones mineras no metálicas vigentes en todo el país, de la cual la provincia de Cotopaxi aportó con un 5% de la producción total de áridos (arena, grava y piedra) a nivel nacional.
Según los datos del mapa del Geoportal del catastro minero de La Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables, la arena es el mineral más explotado en la provincia de Cotopaxi, representando el 60% de la producción total. Le siguen en importancia el lapilli con un 28%, la piedra pómez con un 16% y los áridos y pétreos con un 22%. Por otro lado, minerales como la caliza, el cascajo y la puzolana tienen una menor representatividad en la producción minera de la provincia.
Podemos observar un incremento constante en la producción minera no metálica en Ecuador durante los tres años:
En 2020, la producción fue de 1,3 millones de toneladas.
En 2021, la producción aumentó a 1,5 millones de toneladas.
En 2022, la producción alcanzó 1,7 millones de toneladas, el valor más alto de los últimos tres años; teniendo un crecimiento aproximado del 10% anual.
De acuerdo a la información pública del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) y de La Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables (ARCERNNR) el sector minero no metálico es una fuente importante de empleo en las regiones donde opera. Aproximadamente, entre el 60% y 70% de los trabajadores en este sector están vinculados directamente a la actividad extractiva de materias primas para la construcción.
Enlace al Geoportal del Catastro Minero de Ecuador: https://arcmineria.maps.arcgis.com/apps/webappviewer/index.html?id=27bfda03ce4342b3834a27010da857e5
Hectáreas Concesionadas de minería: 151661
Material Principal: Material de Construcción (no metálica)
Minería Artesanal: Excepto minería metálica
Rango de Vigencia: Entre 1992 y 2028
Análisis por Tipo de Minería en Ecuador:
Gran Minería: 61
Mediana Minería: 107
Pequeña Minería: 1682
Análisis por Forma de Explotación:
Aluvial: 216
Cielo Abierto: 25
Subterráneo: 2
Concesiones Caducadas:
Total: 65
Ubicación por Cantones:
La Maná: 16
Latacunga: 118
Pangua: 172
Pujilí: 142
Salcedo: 2
Parroquia:
Eloy Alfaro: 22
Tamaño de la Concesión:
1-10 Hectáreas: 85
10-50 Hectáreas: 37
50-100 Hectáreas: 14
100-200 Hectáreas: 12
200-1000 Hectáreas: 12
1000-2000 Hectáreas: 16
Más de 2000 Hectáreas: 4
Minerales de Interés:
Arena: 60
Áridos y Pétreos: 22
Caliza: 23
Cascajo: 28
Lapilli: 10
Piedra de Río: 16
Piedra Pómez: 4
Puzolana: 1
El material de construcción es el principal material concesionado en Cotopaxi.
La pequeña minería es la forma más común de explotación.
La mayoría de las concesiones se encuentran en los cantones de Latacunga y Pujilí.
Las concesiones de mayor tamaño son las menos frecuentes.
Los minerales de interés más comunes son la arena, los áridos y pétreos, y la caliza.
Sin embargo, se calcula que existen alrededor de 4.500 pequeñas explotaciones mineras no metálicas en todo el territorio ecuatoriano, muchas de ellas localizadas en zonas rurales y pertenecientes a comunidades indígenas o campesinas. Se han logrado identificar 10 puntos de interés en Cotopaxi donde se realiza minería artesanal ilegal de materiales no metálicos.
La concesión minera Unacota (código dentro del catastro minero 200990) cuya superficie es de 2.747 hectáreas para la explotación, es una concesión de minería no metálica (calizas) que se desarrolla bajo el régimen de Gran Minería; ubicada en el cantón Pujilí, en las parroquias de Zumbahua y Pilaló en la provincia de Cotopaxi; que según los datos públicos se proyecta con gran potencial minero.
La Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables (ARCERNNR), en su portal web indica que la minería no metálica ha dejado un saldo de 2.500 hectáreas de suelo degradado en Cotopaxi. La extracción de materiales sin la debida planificación y control ha provocado la pérdida de cobertura vegetal, erosión y contaminación del suelo.
Las actividades mineras generan sedimentos y vertidos que contaminan las fuentes de agua. Un estudio de la Universidad Técnica de Cotopaxi reveló que el 40% de los ríos de la provincia están contaminados por metales pesados y otros residuos mineros.
La expansión de la minería no metálica ha contribuido a la deforestación en Cotopaxi. Se estima que se han perdido 5.000 hectáreas de bosque en los últimos cinco años para dar paso a la explotación minera.
Los trabajadores mineros, especialmente los de la minería artesanal, se enfrentan a condiciones precarias de trabajo. La falta de seguridad social, el trabajo infantil y los bajos salarios son algunos de los problemas que aquejan al sector.
Se han documentado casos de explotación laboral en las minas, especialmente en las que operan de forma ilegal. Los trabajadores son sometidos a largas jornadas de trabajo, bajo condiciones inseguras y con salarios ínfimos.
La actividad minera ha generado conflictos sociales en algunas comunidades de Cotopaxi, mientras se realizó este reportaje en la comunidad de Palo Quemado en el cantón Sigchos se registraron enfrentamientos entre comuneros, miembros de empresas mineras y la policía nacional. Las principales preocupaciones son la contaminación ambiental, el uso del agua y la falta de participación de las comunidades en la toma de decisiones.
Manuela Picq profesora e investigadora en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ)
Para Manuela Picq, quien es profesora e investigadora en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), autora de varios libros sobre movimientos sociales, género, política y derechos indígenas y activista por los derechos humanos y ambientales, especialmente en temas relacionados con la minería y los pueblos indígenas la minería no metálica debe ser regulado por la cercanía con fuentes de agua y ríos, de manera comunitaria, entre el gobierno central, los gobiernos locales y la población local. El problema de la minería a gran escala, mediana y gran escala que está en la misma, no son dos modalidades del mismo modelo. El problema de la minería a pequeña escala artesanal es la ilegalidad que permite otras formas de explotación humana. En general, cuando empieza a haber minería local, genera migración de mineros para participar en esta minería, artesanal o ilegal, sin hablar de minería a gran escala, mediana o larga escala.Cuando hay introducción de trabajadores externos a la comunidad, empieza a haber trabajo sexual, explotación sexual, explotación laboral y es la realidad actual de América Latina en general, y de Ecuador en particular, empieza a haber también lavado de dinero, el tráfico de drogas, de armas.
Todas estas economías ilícitas utilizan la minería como un espacio de lavado y de intercambio de economías ilícitas. Cuando empiezan estas dinámicas, hay impactos en el tejido comunitario a nivel humano y a nivel político también, a nivel humano, se rompen familias.
Es necesario dejar la minería a gran y mediana escala que es la que mayor daño hace al medio ambiente, promover la participación activa de las comunidades en la toma de decisiones; e implementación de programas sociales para mitigar los impactos negativos de la minería.
Parroquia Guasaganda Cantón La Maná
Sebastian Molina, habitante de Guasaganda, parroquia rural del cantón La Maná, ubicada a 25 minutos de la misma, quien relata que los pobladores de este asentamiento utilizan el material pétreo, como ripio, arena, piedra bola, para construir sus casas, incluso para construir las canchas comunales, la iglesia y la casa parroquial. Siempre se ha usado el material pétreo del río Guasaganda.
Para él, la principal razón de recurrir a esta forma de extracción minera es por ser una parroquia rural, el acceder a una cantera, en este caso legal, es muy difícil, por la distancia, la dificultad para ingresar con vehículos pesados y el costo.
Es más fácil ir con una pala, pagar a una persona de la misma comunidad que ayude, alquilar un camioncito, llenar y llevar para su construcción, a diferencia de comprar material a estas canteras o a sus distribuidores autorizados.
Respecto al posible impacto ambiental causado indica que no existiría mayor afectación, ya que se extrae mayormente en verano cuando el río lo permite, el río baja el caudal, quedando la arena, el ripio y otros materiales al descubierto; cuando ya llega invierno con las lluvias,se vuelve a rellenar, es como un ciclo que nos genera la naturaleza para nosotros hacer uso.
También comentó que el uso de estos materiales no tienen ningún fin económico, “no va a encontrar allí un morador de Guasaganda que vaya, retire material y luego lo ponga a la venta” solo se usa lo necesario para cubrir las necesidades de construcción local.
También comentó que hace aproximadamente 10 años atras, autoridades decidieron concesionar una zona aledaña a la playa del río, esta empresa iban a sacar por volquetadas y prácticamente en algún momento lo hicieron incluso dejaron un hueco grande en el río que por un tiempo se volvió peligroso nadar ahí; ahí sí hubo conflictos, “la población, decidieron pararse duro”, para impedir el ingreso de la empresa minera, “al final no permitimos que explotan a gran escala los recursos pétreos del río”.
Sebastian comenta que para él la minería “mientras se haga con responsabilidad no existe ningún impacto ni social ni ambiental, a diferencia de una minería a gran escala”, tanto por la cantidad de material que extraen como por los equipos utilizados para esta actividad; nosotros somos conscientes, no afectamos la flora, la fauna del lugar.
Indicó también que considera que debería existir alguna reglamentación, pero no en son de castigo, sino más bien de apoyo, llevar algún registro, y también ayudar a estas comunidades con las vías de acceso.
Paul Jacome, Ingeniero Ambiental y Activista de Derechos Humanos
Estas actividades representan graves problemas para la población cotopaxense, debido a que este tipo de minería provoca la degradación del suelo, la desaparición de montañas y deslaves en ciertas zonas de los cantones.
El ingeniero Ambiental Paúl Jácome, explica que otra forma de ver la minería ilegal, es aquella que está vinculada a la realización de actividades ilícitas, “consideró ilegal, la que está vinculada a los capitales, esto de, (…) lavado de activos, del crimen organizado, entonces obviamente tiene que ver con la lógica de lavar dinero”., ya que, se ha reportado la presencia de grupos criminales que se benefician de esta actividad ilegal, generando conflictos y violencia en la zona.
Jacome afirma que es un fenómeno complejo que tiene aristas económicas, sociales y políticas entrelazadas; mientras que a la la minería a pequeña escala se encasilla en lo ilegal, se plantea como única salida a la gran minería a cielo abierto a gran escala con las concesiones mineras, lo cual es un beneficio únicamente para los grupos mineros transnacionales; por otra parte, afirma que no se dan las garantías legales necesarias para que los legítimos reclamos por parte de ambientalistas, pueblos, nacionalidades, de barrios o de comuneros, exigen remediación al medio ambiente.
Comenta además que ese problema se está viviendo actualmente en el sector de Palo Quemado y en Las Pampas, del cantón Sigchos, donde las comunidades se han levantado en defensa de sus recursos. Además relató cómo en el sector de Cochahuma, parroquia de Zumbahua, la comunidad está desarrollando un proyecto de turismo comunitario con gran potencial, mismo que se ha visto interrumpido por una exploración minera que está en proceso, que puede ser otro foco de enfrentamientos como en Sigchos.
“El estado tiene unas reglas del juego precisamente para favorecer a los grandes grupos de poder, a los grandes monopolios, nosotros como defensores de los derechos humanos de las causas sociales no vamos a estar de acuerdo con la minería a cielo abierto la minería a gran escala, que te pone en riesgo el ecosistema, los derechos de la naturaleza, las fuentes de agua,
Al consultarle sobre el impacto ambiental que puede causar la minería no metálica en Cotopaxi respondió “Toda incursión humana en la naturaleza va a tener un impacto ambiental”, pero la gran minería desaloja tierras, construye caminos, tala árboles, desplaza poblaciones, por lo que el impacto no solo es ambiental sino también social. En Quimsacocha, en la provincia de Azuay, se realiza actividad minera alrededor de una fuente de agua, hay gran impacto para la naturaleza. Obviamente no se puede negar que la suma de minería artesanal o pequeña escala puede generar impacto ambiental. Zonas como San Felipe, La Calera, Loma Grande sufren graves daños por la explotación minera no metálica sin remediación ambiental, Se crean nuevos asentamientos humanos, con un alto riesgo de desastres en antiguas áreas mineras.
Al topar la parte del trabajo de las autoridades indicó, ”as autoridades de gestión ambiental cuando se trata de exigir el cumplimiento de requisitos a las grandes corporaciones que explotan el medio ambiente sucumben a las presiones de los capitales”, aunque actualmente hay un esfuerzo de las autoridades ambientales, además los consejos provinciales y GADs municipales son los que regulan el uso del suelo y pueden establecer mecanismos para la protección de ciertos recursos naturales en beneficio de la localidad, son pequeños esfuerzos pero no suficientes como para poder preservar los recursos naturales en el país y peor aún para poner en orden la actividad minera tanto grande pequeño y mediano.
También no se puede comparar la cantidad de recursos necesarios para obtener los permisos de minería artesanal o a pequeña escala, con los beneficios que un pequeño productor podría llegar a obtener, en contraposición con una gran concesión minera.Muchas veces catalogada como «ilegal» por no tener permisos y licencias que son costosos y burocráticos para pequeños mineros, y es una actividad de subsistencia económica para familias y comunidades pobres, no se van a enriquecer.
Al referirse al papel de las Organizaciones de Derechos Humanos, destacó el trabajo que vienen realizando, visibilizar las vulneraciones a derechos humanos y de la naturaleza por la minería, defienden a comunidades criminalizadas por la minería de subsistencia, denunciar a las grandes corporaciones mineras que se imponen de forma violenta.
Pero la minería ilegal de materiales no metálicos también representa un trabajo digno para algunos pobladores, Carlos Sandoval representante de organizaciones sociales comenta que “En estos territorios ellos aprovecharon sus recursos naturales para sobrevivir, es así que Cotopaxi en una diversidad geográfica, en una diversidad amplia, en una diversidad que genera recursos desde la parte turística y lo saberes ancestrales, hay que entender la dinámica social” por lo que como pueblos originarios, deberían tener acceso libre del uso de las riquezas de la tierra.
Entre los riesgos ambientales que genera la minería no metálica en Cotopaxi según estudios de impacto del Centro Ecuatoriano de Eficiencia de Recursos del año 2022
1. Afectación a la fauna y flora por el desbroce de vegetación para ejecutar la actividad de exploración.
2. Degradación y erosión del suelo por la remoción de capas durante la extracción de material.
3. Emisión de gases de combustión, generación de material particulado, polvo, ruido y vibraciones por las operaciones de maquinaria y equipos de extracción.
4. Uso de productos químicos peligrosos como explosivos en el proceso de voladura.
5. Generación de desechos sólidos como material estéril.
6. Afectación a la flora, fauna y paisaje por la extracción de material.
TESTIMONIO: Don José, fabricante de bloques
El sol apenas asomaba por las montañas que rodean Latacunga, son las 5:30 de la mañana, cuando Don José se pone en pie, listo para iniciar su jornada. Su mirada, curtida por el tiempo y la experiencia, reflejaba la determinación de las actividades diarias, rigurosas, de un hombre que había convertido su oficio en un arte.
Don José no es un simple fabricante de bloques, es un albañil de sueños, un artesano que con sus manos transformaba la materia prima en ladrillos, materia prima fundamental en la construcción de hogares, escuelas u hospitales.
Su historia comenzó hace 30 años, cuando salió de su natal Zumbahua, y llegó al barrio La Calera, parroquia Eloy Alfaro, con la esperanza de encontrar un futuro mejor. En aquel entonces, era un jovencito lleno de ilusiones que se ganaba la vida como jornalero, cargando material pétreo, manipulando la maquinaria, ubicando los bloques al sol para que se fragüen.
Don José se convirtió en aprendiz de un maestro bloquero, tras años de esfuerzo y dedicación aprendió los secretos, desde la selección de la materia prima hasta la fragua, él logró abrir su propia fábrica artesanal, aunque pequeña, es un espacio donde reina la pasión por el trabajo bien hecho.
Cada mañana, Don José se dirige al patio trasero de su casa, donde existe una pequeña cantera artesanal, para extraer el chasqui, materia prima fundamental para la elaboración del bloque, con su pico y pala en mano, excava la tierra con la fuerza y precisión de un experto.
Mientras que en el patio frontal de su casa, funciona su taller, donde mezcla el chasqui con agua y cemento y cal, creando una masa homogénea que luego pasa a los moldes y a la máquina vibradora para compactar y dar forma; mientras con sus manos, callosas por el trabajo, retira el exceso de los bordes.
Los bloques recién moldeados se colocan al sol, donde secaran durante horas, hasta adquirir la dureza y resistencia que los caracteriza.
Al final de cada jornada, Don José contempla con satisfacción y cansancio el fruto de su trabajo, sus bloques, formados ordenadamente, cerca de 200 unidades cuyo precio en el mercado es de 15 centavos cada una, son para él, un símbolo de su esfuerzo y dedicación.
En la parroquia Eloy Alfaro, existen más de 100 fábricas artesanales de bloques, donde trabajan unas 200 familias, que en su mayoría son migrantes de las parroquias más pobres de Cotopaxi, Guangaje y Zumbahua.
La minería tanto legal como ilegal en Cotopaxi, requiere leyes para su regulación, ya que afecta gravemente al medio ambiente y a las comunidades locales. A pesar de existir un marco legal para combatirla, la falta de aplicación efectiva y las debilidades en la administración es un reto actual.
La Constitución de la República del Ecuador del 2008, en su artículo habla del derecho que se respete la integridad de la naturaleza, mientras que en su artículo 393 se afirma que el estado protegerá el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
En la Ley de Minería del año 2000 se define a la minería ilegal como la explotación de recursos mineros sin la autorización legal correspondiente y se establecen sanciones para quienes realicen minería ilegal, incluyendo multas y prisión.
El Código Orgánico Integral Penal del 2014 (COIP) tipifica el delito de minería ilegal como un delito contra el medio ambiente y establece penas de prisión de uno a tres años para quienes realicen minería ilegal.
Para las personas que realizan la actividad minera, los principales problemas son que no se abre el catastro de concesiones mineras, lo que genera un alto grado de informalidad, pero también identifican otros problemas como la Falta de claridad en la definición de minería ilegal, dificulta la identificación y sanción de esta actividad, la falta de recursos para la aplicación de la ley, dificulta el control y la vigilancia de las zonas afectadas por la minería ilegal. En la administración zonal 3, que incluye a Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Pastaza de la ARCERNNR; laboran menos de 10 personas encargadas de los procesos.
Cesar Veloz Ramírez, Ingeniero en Minas y Petróleos con 18 años de experiencia en minería.
Para Cesar Veloz, Ingeniero en Minas y Petróleos, la minería genera empleo y sustento en zonas rurales, pero presenta problemas técnicos, ambientales, de seguridad y salud ocupacional debido a las condiciones precarias de trabajo y la falta de aplicación de tecnologías. La gente que recurre a la explotación minera artesanal lo hace para subsistir, para generar un ingreso extra. Afirma que en sus 18 años de experiencia minera en distintos lugares del país, puede considerar como minería artesanal únicamente a la que se realiza con túneles y galerías muy pequeñas.
En su criterio en Cotopaxi existen muy buenos ejemplos de minería responsable como el caso de la concesión minera de Aglomerados Cotopaxi, ya que realizan un buen trabajo en la remediación ambiental y un adecuado proceso de explotación.
Por otra parte indicó que las actividades mineras legales están reguladas, primero por los municipios ya que es necesario un permiso de uso de suelo, luego constar en el catastro minero que se cerró en el 2017, acotó que actualmente uno debe ser propietario del terreno, pero el estado es dueño de todos lo recursos que están bajo tierra, por la concesión se debe pagar al estado regalías mineras, patentes mineras y utilidades mineras; también es necesaria una licencia ambiental otorgado por el ministerio de ambiente.para lo cual es necesario declarar que no afectas a infraestructura pública, incluida la naturaleza.
Explicó que desde su criterio, el verdadero problema es la minería ilegal que explotan y comercializan con el material sin ningún estudio ambiental, “ellos son en realidad los que dañan el medio ambiente”, además la minería ilegal estaría robando recursos que le pertenecen al estado, arriendos e a ser sancionados, indicó que no existe justificación para este tipo de explotación.
Dentro de su explicación indicó que las empresas mineras legales tienen hasta el 31 de marzo de cada año para presentar un informe del año anterior, caso contrario la concesión es retirada del catastro.
al hablar del impacto ambiental, Veloz, relato que existe más impacto ambiental en una mecánica que en una mina de material de construcción, por el mal manejo de los residuos.
Desde su experiencia, indicó que los grupos antimineros no permiten el desarrollo económico de este sector, contó que en una empresa minera que hacía estudios de factibilidad la comunidad se levantó e impidió que continúen, pese al buen manejo ambiental y que estaban en una etapa de exploración, “dábamos trabajo a más de 300 personas con inversión extranjera, dinero que se quema en el sector,pusimos escuelas, pusimos profesores, era la mina modelo para mi parecer”.
Puso como ejemplo lo que ocurrió en Nambija, una zona que por muchos años fue explotada de manera ilegal y que nunca se realizó ninguna remediación ambiental.
Para la Doctora Noelia Castro, médico especialista en neumología del hospital Eugenio Espejo, su mayor preocupación sobre las personas que están expuestas al polvo de las minas es la inhalación prolongada del polvo, que puede causar diversos problemas de salud, algunos de ellos graves e irreversibles. Los principales problemas de salud relacionados con la exposición al polvo de las minas son las enfermedades pulmonares como la neumoconiosis, que es un término general que engloba a las enfermedades pulmonares causadas por la inhalación de polvo, también llamada enfermedad del pulmón negro, es una de las formas más comunes, misma que puede degenerar en una silicosis que puede causar fibrosis pulmonar, que es la cicatrización del tejido pulmonar, dificultando la respiracion.
Afirmó que la exposición al polvo de las minas puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, y lo más grave el cáncer de pulmón. Cuanto más polvo inhale un trabajador, mayor será su riesgo de desarrollar problemas de salud.
Como normas de prevención recomendó el uso equipo de protección personal adecuado, esto incluye respiradores con filtros adecuados, máscaras y gafas protectoras.
CIERRE
En el proceso de la investigación se nos indico proceder con mucha cautela ya que existen muchos intereses económicos de por medio, además se informó al equipo periodístico que existen grupos de delincuencia organizada interesados en diferentes zonas mineras, por la facilidad que esta actividad brinda para el lavado de activos.
Al recorrer los sitios de interés minero en Cotopaxi se pudo evidenciar que existen zonas cuya geografía se ha visto modificada por la acción extractivista, montañas completas han desaparecido, también se pudo observar que en muchos casos no se cumplen con normas ambientales, además la cercanía con zonas urbanas habitadas.
A consecuencia de los procesos de minería, tanto legal como ilegal, en temporada lluviosa, sectores como San Felipe en Latacunga, se ven afectados por torrentes de material que anegan las calles del sector, causando malestar entre los habitantes.
La minería, especialmente la de materiales de construcción y no metálicos, es un sector importante en la economía de Cotopaxi. La producción minera no metálica en Ecuador ha crecido sostenidamente en los últimos años, con Cotopaxi como uno de los principales actores. Sin embargo, las zonas donde se desarrolla esta actividad no han tenido un crecimiento significativo en cuanto a su economía.
Los trabajadores mineros, especialmente en la minería artesanal, se enfrentan a condiciones precarias de trabajo. La falta de seguridad social, el trabajo infantil y los bajos salarios son una realidad que afecta a este sector. La actividad minera ha generado conflictos sociales en algunas comunidades de Cotopaxi. Las principales preocupaciones son la contaminación ambiental, el uso del agua y la falta de participación de las comunidades en la toma de decisiones.
Es urgente tomar medidas para que la minería no metálica en Cotopaxi se desarrolle de manera responsable y sostenible, en todas sus formas de explotación.
La ARCERNNR debe fortalecer los controles ambientales y sociales, y promover la formalización de la minería artesanal, así como adecuados procesos de consulta previa en las zonas de interés. Las empresas mineras deben implementar prácticas ambientales responsables y garantizar el respeto de los derechos humanos de los trabajadores haciendo a las comunidades partícipes de la toma de decisiones en materia minera.
Un porte del periodista investigador Mg. Marco Altamirano