Las mujeres mayores de 45 años son las más afectadas.
En Ecuador, el 37 % de la población ha sido diagnosticada con hígado graso, una enfermedad que afecta principalmente a mujeres mayores de 45 años, según cifras del Ministerio de Salud Pública (MSP). Seis de cada diez pacientes con esta condición son mujeres, y su avance puede derivar en enfermedades graves como cáncer de hígado y vías biliares.
Este fue el caso de Zoila Sánchez, de 89 años, quien el pasado viernes fue sometida a una cirugía para extirpar un tumor cancerígeno en su hígado, resultado de años de padecer hígado graso y diabetes.
Rosario Bohórquez, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Oncología en Guayas, explicó que el hígado graso es un factor clave en el desarrollo de enfermedades graves en este órgano vital.
El hígado, el órgano interno más grande del cuerpo, cumple funciones esenciales como la producción de bilis para la digestión, el almacenamiento de energía, la eliminación de toxinas, y la coagulación sanguínea. Sin embargo, el almacenamiento excesivo de grasa daña las células hepáticas, conocidas como hepatocitos, y puede conducir a fibrosis, cirrosis o incluso cáncer hepático.
Bohórquez destacó que el hígado graso actúa como un «disparador» para males mayores, lo que resalta la importancia de detectarlo y tratarlo a tiempo. Este padecimiento es reversible si el paciente adopta cambios en su estilo de vida, como una alimentación balanceada, ejercicio regular y control de enfermedades asociadas como la diabetes.
Los médicos enfatizan la necesidad de concienciar a la población sobre los riesgos del hígado graso y la importancia de realizar chequeos médicos regulares. Un diagnóstico temprano y el compromiso con un estilo de vida saludable pueden prevenir complicaciones graves, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes.