Una verificación para cumplir con una orden de destrucción de dr oga, puso al descubierto la sustracción de 321 bloques de cocaína. Ocurrió el 29 de febrero de 2024 en una bodega de Antinarcóticos.
El documento detalla que la dr oga era de dos incautaciones en 2023. 96 bloques correspondían a un cargamento decomisado en marzo de ese año y 225 kilos, de un operativo en agosto.
La droga estaba almacenada en un contenedor en la Unidad Canina de la zona 8, junto a uno de los puertos del sur de Guayaquil. El agente que descubrió el faltante de droga revisó los sellos de seguridad y detectó que fueron clonados.
Tras la alerta, el hecho se denunció en la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada Transnacional 1 (Fedoti). Entre las primeras diligencias se dispuso revisar los videos del sistema de vigilancia en marzo de 2024.
Sin embargo, no se realizó. En un informe de seguimiento del expediente fiscal por tráfico de drogas emitido el 14 de septiembre de 2024, se detalla que al ingresar los usuarios y claves proporcionados por el personal encargado, hubo dos intentos fallidos y no se quiso poner en riesgo el sistema.
Agentes antinarcó ticos encubiertos revelaron que los policías sospechosos coordinaron con otras unidades y con uniformados dados de baja para sustraer la droga. Los bloques de cocaína fueron sacados en vehículos.
«Ellos tienen el contacto del policía que está de guardia y del custodio cuando se va a sacar la dro ga. Entonces dependiendo de quién esté y quién sea copia, se puede sacar la droga sin problema», comentó uno de los testigos.
Según el agente, los policías implicados en la sustracción de droga tienen línea directa para venderla a otras redes de narcotráfico. Esta no sería la primera vez. Para llevarse la cocaína, aprovechaban los decomisos grandes de una o dos toneladas.
Durante el pesaje, sacaban 50 kilos para las pruebas químicas y otros 50 para llevarlos. La droga sustraída se oferta a un valor menor.
Por ejemplo, si en Colombia cuesta USD 3.000, los kilos robados valen USD 1.000 o USD 2.000. Pero puestos en Estados Unidos, el precio sube de USD 8.000 a USD 10.000 y en Europa hasta los USD 40.000, cada kilo.
Las cantidades pequeñas sustraídas son para el consumo interno. Los cargamentos mayores se venden a grandes cárteles, mediante contactos con las organizaciones delictivas locales.
Estos bloques sacados de las bodegas tienen los puntos azules, que son la marca de las pruebas químicas. Uno de los uniformados dijo que en operativos se han encontrado bloques con esa seña, lo que quiere decir que la droga incautada vuelve a las calles. ECUAVISA.