Perú amaneció este miércoles paralizado por un paro nacional convocado por gremios de transportistas, comerciantes y organizaciones sociales en rechazo a la creciente ola de inseguridad ciudadana y violencia vinculada al crimen organizado.
La protesta, que se desarrolla en varias regiones del país, también exige acciones concretas del Gobierno de Dina Boluarte ante los recientes hechos de violencia, incluyendo la masacre de 13 mineros en Pataz, La Libertad.
Desde la medianoche, miles de conductores de transporte informal –incluidos taxistas, colectiveros y mototaxistas suspendieron sus actividades, especialmente en Lima Metropolitana y regiones como Cusco, Arequipa, Puno y La Libertad. En la capital, aunque los transportistas formales no acataron el paro, se registraron concentraciones y marchas en puntos clave como el puente Santa Anita, puente Huachipa y la estación Caja de Agua del Metro de Lima.
Además de los transportistas, comerciantes del emporio de Gamarra, sindicatos como la CGTP y estudiantes universitarios también se sumaron a la jornada de protesta. En Cusco, los bloqueos de vías afectaron el turismo, obligando al cierre de accesos hacia Machu Picchu y permitiendo a los visitantes reprogramar sus boletos.
El Gobierno, por su parte, ha desplegado contingentes policiales en varias ciudades, mientras reafirma su compromiso con el combate a la criminalidad. Sin embargo, los manifestantes advierten que, de no haber respuestas inmediatas, las protestas podrían radicalizarse en los próximos días.
El paro de este 14 de mayo se posiciona como una de las manifestaciones más importantes de los últimos meses, reflejando el malestar social frente a una crisis de seguridad que sigue cobrando víctimas en todo el país.