Habitantes del recinto El Magro, de Daule, siguen incomunicados, entre escombros, vehículos hundidos y la espera por el rescate de una víctima por la caída de un puente.
A más de un mes del colapso del puente Gonzalo Icaza Cornejo, en el recinto El Magro, las secuelas de la tragedia siguen latentes. En el fondo del río Daule continúan hundidos dos tráileres y una camioneta, y aún no se ha podido rescatar el cuerpo de Freddy Castro, la quinta víctima del siniestro ocurrido el 19 de marzo.
En la zona no se observa la actividad de técnicos ni personal de rescate, lo que genera preocupación entre los moradores. “Esto va a estar muy atrasado, yo creo que si se llega a realizar, se demorará como 2 años”, expresó un vecino de la zona.
Carlos Cuesta, director de Gestión de Riesgos de la Prefectura del Guayas, explicó que factores como el aumento del caudal del río, por la apertura de la represa Daule Peripa, han complicado las tareas bajo el agua. Maleza, sedimentos y corrientes fuertes impiden avanzar. Según Cuesta, se esperará al menos 15 días para reanudar la búsqueda, con la esperanza de que baje el nivel del río.
Mientras tanto, se trabaja en la planificación del nuevo puente. Los estudios ya están en marcha y, si se cumple el cronograma, la estructura colapsada sería retirada en seis meses, y la construcción del nuevo puente tomaría aproximadamente un año. La meta es inaugurarlo en diciembre de 2026.
Sin embargo, hay quejas sobre la falta de trabajadores en el lugar. “No se ve nada, en el trabajo”, dijo Carlos Villareal, vecino de El Magro. Cuesta respondió que sí hay personal presente, pero que podría no haber coincidido con la visita de los reporteros.
Por ahora, los habitantes deben usar canoas para cruzar el río. El Municipio de Daule ha dispuesto dos embarcaciones con capacidad para 30 personas, disponibles de 06:00 a 18:00, pero los residentes aseguran que no es suficiente. “Solo se puede llevar cosas en la mano, y es arriesgado cruzar en esas canoas”, comentó Clara Villareal.
La situación se complica aún más con el inminente inicio de clases. Anahí Mosquera, madre de familia, lamentó que los expresos escolares hayan subido su tarifa debido al desvío que deben tomar. “A nosotros no nos conviene, porque el gasto se vuelve muy alto”, afirmó.
Desde el cabildo se indicó que podrían aumentar la flota de canoas, dependiendo del flujo de personas. Mientras tanto, en El Magro, la incertidumbre y el temor siguen flotando sobre el río.